Aunque parezca extraño, por su escasa actividad económica actual, Montecristi tuvo una época de auge en el último cuarto del siglo XIX.
"La ciudad estuvo a la vanguardia en muchos de los adelantos que facilitan la vida: el primer acueducto, primer ferrocarril y teléfono. Se emprendió la gran tarea de desviar el cauce del río Yaque del Norte, que había perdido su curso inicial cuando el cataclismo de 1802", explica la profesora Mariana Aguilera en su obra Apuntes para una Historia de Montecristi.
Montecristi fue una ciudad próspera, que atraía gente no sólo de Santo Domingo, Santiago, Puerto Plata y otras comunidades, sino también a extranjeros (ingleses, franceses, españoles, chinos, estadounidenses, sudamericanos e isleños de las otras antillas, por lo cual "funcionaban consulados de los países más importantes".
"El progreso de Montecristi se debió –apunta la profesora Aguilera- entre otros factores a la existencia de la Casa Jiménez, cuyos propietarios estaban ligados a negocios establecidos en Europa…"
"Especialmente Alemania experimentó un auge en su desarrollo técnico e industrial. La industria textil y otras necesitaban las materias primas que existen en forma silvestre en la República Dominicana (campeche, guatapanal, aroma, etc.) y otras como miel, pieles, cera, etc. abrieron un mercado de exportación muy activo, que se completaba con el mercado de importación, constituido por productos manufacturados (telas, máquinas, lozas, zinc, zapatos, etc.)".
La Casa Jiménez era propiedad, principalmente, de Juan Isidro Jiménez, quien luego llegaría a la presidencia de la República (1899 y en 1911); su hermana doña Emilia Jiménez y el esposo de ésta, Rafael Rodríguez Camargo. Esos dos hermanos eran hijos de Manuel Jiménez, quien fuera el segundo mandatario de la nación, en 1849.
Rodríguez Camargo era hijo de Ramón Rodríguez (El Gallego) y María Rosa Camargo. Su familia era "una de las más ricas no sólo de Montecristi, sino del país".
Otro empresario importante en Montecristi fue el español Antonio Espín, quien consiguió la concesión para traer la primera locomotora al país y usarla en el transporte de troncos (traviesas) de campeche hacia el puerto.
Otras familias tenían negocios bien establecidos, entre ellas la Rivas. Y a casa de uno de sus integrantes, Román, "según versiones, llegaban todos los días sacos llenos de dinero (onzas de oro, etc.)".
"El puerto tenía tanta actividad –se agrega en Apuntes para una Historia de Montecristi- que se consideraba entre los tres primeros del país. Para aminorar las distancias muchos moradores vivían junto al mar, en la hoy playa Juan de Bolaños, donde existía un pueblo con sus calles, tiendas, billares, etc.".
La declinación económica de Montecristi comenzó con la disminución de la demanda de esas materias primas en Europa, dificultades de la Casa Jiménez, que el dictador Lilís obligó a que se escapara de las manos de su rival político, Juan Isidro Jiménez, y luego los problemas derivados de la I Guerra Mundial.
El clima de la provincia es semiárido con una temperatura promedio de 26.5 °C y un promedio de precipitación anual de 700 mm. La evaporación media es 1800 mm. Eso determina el gran déficit hídrico en la zona. Influyen principalmente los vientos alisios que soplan desde el noreste.
La precipitación es más alta en la parte oriental del parque donde los vientos chocan con la Cordillera Septentrional y descargan sus aguas. Lo mismo aplica a la zona de Manzanillo. Los mismos vientos chocan con la Cordillera Central y su prolongación Massif du Nord en Haití. El efecto se siente sobre todo en el pie de monte cerca de Loma de Cabrera y Dajabón, pero también, a menor grado, en Manzanillo.
Los
Además es común el fenómeno del mar de fondo: corrientes frías que vienen bajando desde el Ártico por el fondo marino y emergen cuando chocan con la plataforma insular.
Dentro de las tradiciones de la provincia, se destacan las fiestas de San Fernando, que se celebran cada 30 de mayo con actos religiosos, así como con encuentros deportivos, bailes, etc.
También la celebración del día de San Juan Bautista, los días 24 de junio y el Carnaval de los Toros, eventos que son muy concurridos.
Cabe destacar que uno de sus principales patrimonios culturales es la primera pirámide de división territorial entre República Dominicana y Haití.